Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 29
Aquí se señalará la manera de la guerra y basallos que fueron las grandes prouinçias de Tepeacac y Tecamachalco
De la manera fue el comienço de la guerra en el gran pueblo de Tepeaca y Tacamachalco fue los tratantes y harrieros se yntitulam, e los qual es eran mexicanos yban y benían en diuersas partes y lugares con tratos, grangerías. Y los naturales de Tepeaca, tendido el desbarato y rrompimiento y ser basallos los chalcas, gente balerosa, y sujetos a los mexicanos, fue grande el enojo de ellos, que al tiempo y quan se hazen las ferias, de tantos a tos días, abían acudido a los tales tiangues los mexicanos, y los señores y prençipales dellos mandaron llamar a todos los mexicanos y los prendieron y mataron diziendo ser espías, para coxellos descuidados y cautiuallos como hizieron a los chalcas. Y en esto, escapáronse dos o tres mexicanos y binieron a dar notiçia al rrey Monteçuma y a todo el senado mexicano. Y no tan solamente murieron los mexicanos mercaderes, sino de aculhuaques tezcucanos y de Azcapuçalco y Culhuacan, de Tacuba y de Cuyuacan, Yztapalapan y suchimilcas, Cuitlahuac, Mizquic, Chalco y Tultitlan y Guatitlam, Tenayuca, todo género de gente de mercaderes y tratantes basallos y amigos del ymperio mexicano. E oydo esto por Monteçuma y Çihuacoatzin Tlacaeleltzin, dixeron: "Señor, si aquellos malos y peruersos de los de Tepeaca y Tecamachalco les matasen a sus basallos y baledores, ¿estarían contentos? Yo creo que no. Y así, señor, bayan buestros mensajeros a ellos y aperçibilles con cruda guerra y basallaxe y serbidumbre". Y luego Çihuacoatl y Tlacaeleltzin biaron sus mensajeros a esta ocasión y fueron Ticocyahuacatl y Tocuiltecatl y Mexicatl Teuctli y Huecamecatl. Llegados al pueblo de Tepeaca, expli [32r] caron su embaxada a todos los prençipales y señores de aquellas prouinçias. Estando presentes el rrey Coyulcuec y su hijo Chichtli y Chiauhcoatl, díxoles: "El rrey Monteçuma y Tlacaeleltzin os bían saludes y os mandan que rresçibáis estas rrodelas y espadartes y este albayalde (tiçatl) y pluma, que ençima de uras cabeças os lo pongáis como tales señores sois, e que por estos dones le aguardéis. Y esta es, señor, nra embaxada para bosotros". Rrespondió el rrey Coyolcue y los otros con él lo rresçibían el presente y que allí los aguardauan a los señores de las lagunas que allí abitan y al rrey Monteçuma y a Çihuacoatl, "de los quales les besamos las manos por la merçed de acordardarse de nosotros, que aquí les aguardamos cada binieren". Bueltos los mensajeros, rrelataron su rrespuesta ante el rrey Monteçuma y Çihuacoatl y el senado mexicano e les dixo más, que querían beer y prouar de las suerte de sus arcos, flechas, espadartes y rrodelas y astuçias de guerrear de mexicanos, "que no tenemos nros rreynos ganado de erençia sino en buena guerra ganados". Rrespondieron el rrey Monteçuma y Tlacaelel y Çihuacoatl: "Sea mucho de norabuena, hermanos míos. Yd a descansar del cansançio del camino". Y en esto, Monteçuma y Çihuacoatl Tlacaeleltzin y Cuauhnochtli dixeron: "Señores, ¿ se aguarda? Aperçibámonos luego y bayan nuestros mensajeros a las partes, que a todos toca, con esta baxada, Azcapuçalco, Tacuba, Cuauhtitlam, Aculhuacan, tezcucanos, chalcas, Suchimilco, Culhuacan, Cuitlabac, Mizquic, Cuyuacan, Tacuba. luego hagan matalotaxe de bizcocho y farina de maça para beuer (pinole) y frisol molido y pinol de chian y espeçia, chile, sal, pepita tostada, y mantas de nequén delgadas para la rresistençia del gran sol y calor (tonalayatl), cotaras de nequén (tecactli), esteras de palma, ollas, chiquibites y esportillas, escudillas, molcaxitl, comales y todo lo demás nesçesario al biaxe largo y cosas menesterosas. Y los que an de yr a estos mandatos sean práticos, elegantes, y sea el uno Huitznahuatl y Teuctlamacazqui y Tezcacoacatl y Teuccalcatl". Abida rrespuesta por el mandato espreso a todos los lugares y partes ya dhos, los quales y en su cumplimi luego se puso todo en orden, armas, gente de soldados, todo género de bastimientos. Bueltos a Mexico, abiendo declarado con la breuedad de todo, quedó el ymperio con grande alegría de se partir con la breuedad posible. Llegados todos el día señalado, cada uno de los pueblos ya dichos, con toda la breuedad, y cada uno su capitán y capitanes señalados, començaron a marchar y en breues días llegaron a la parte llaman Coyupetlayo, sima del çerro. Començaron cada capitán con su gente de por sí a hazer sus estançias, buhiyos, baluartes, cabas; hazer agua, leña, nesçesario, porniéndose por las delanteras de todos los rreales, de cada capitán, mexicanos balerosos por esforçados y balientes, son los que llaman cuachic y otomitl. E les dixeron estos a los miradores y corredores, escuchas, fuesen a beer los rreales de los de Tepeaca, si abían hecho baluartes, fosos, cauas o palenques, de qué manera estauan ordenados, en qué parte, en qué lugar estauan. Llegados y bistos, muy bien rrodeados, los pueblos, se boluieron a Monteçuma y a Tlacaeleltzin y a Tlacochcalcatl y Tlacateccatl e les dixeron que no tenían defensa alguna ni tanpoco gentes de guarniçion ni nenguna fortaleza de defensión, sino como si nunca fueran dello abisados. Y muy sosegados hablaron los genera [32v] generales del campo mexicano, Tlacochcalcatl, Tlacateccatl, Cuauhnochtli, Otomitl, dixeron a los campos que al cuarto del alua abían de dar con ellos, apellidando por el conosçimiento de cada uno de sus pueblos, ¡Mexico! el lo era, ¡Suchimilco! los que lo eran, ¡Chalco! los que eran de allí, y con mucho conçierto y sosiego no meterse tan de tropel, muy conçertadamente, aguardando el uno al otro, haziendo presa a los barones señalados de Tepeaca. "Y mirá que antes que amanezca ya a de estar asolada y destruida Tepeaca y Tecalco y Cuauhtinchan y Acaçingo. Estos quatro pueblos abemos de dexar destruidos y asolados antes del día". E después de media noche dieron los mexicanos sobre ellos y prençipalmente luego quemaron el templo de los de Tepeaca, se llamaua Teucamaxtli. Y al tiempo que el sol salía acabauan de asolar los quatro pueblos, Tepeaca y Tecalco, Cuauhtinchan, Acaçingo. Y los señores de Tepeaca, subidos en un alta sierra, dixeron con sus mensajeros: "Señores mexicanos, sosiegue buestros coraçones, descansen uras armas, que el balor y premio de esta guerra y trauaxo nos ofresçemos con tributo de maíz, frisol blanco, hojas de colores, chilli, pepitas, mantas delgadas de nequén, cotaras galanas de nequén, esteras delicadas, galanas, labradas, llaman alahuacapotlatl, y esteras de palma, cueros de benados adobados; que estamos en caminos rreales, todas las bezes que gentes de Mexico por aquí pasaren, la comida de ellos, aunque sean muchos, está seguro que lo daremos cumplidamente. Ternemos por padre y madre al ymperio mexicano". A esto rrespondió Çihuacoatl y Tlacaeleltzin: "Sea mucho de norabuena. A que simismo bayan por su orden al serbiçio de nra casa y palaçio a seruir tantos cada diez días, a barrer y traer agua, leña". De que fueron contentos los de Tepeaca. Y a la buelta de los mexicanos les binieron a rresçibir con triumfo de bitoria, bozinas, cornetas y muchos géneros de rrosas, perfumaderos. Y esto, lleuaron los biexos, lleuauan consigo sus basos de piçiete, señal de biexos y padres de tan balerosos soldados, y detrás de los colodrillos atados los cauellos con cuero colorado, llaman cuauhtlalpiloni, con sus rrodelas y bordones diferentes (cuauhtopilli). Estauan éstos en este camino a rringlera, los unos frontero de los otros, que en medio a de pasar el exérçito mexicano, que éstos son llamados cuacuacuiltin, tomaron éstos luego en medio a los presos esclauos traían de la guerra, heran naturales de los quatro pueblos. Llegando los capitanes, les presentaron braseros ardiendo de leña de enzina con grandes llamas, como señal de bençedores, e dijéronles: "Seáis muy bien benidos, hijos, a este reyno de Mexico Tenuchtitlam, adonde rroncan y siluan delicadamente culebras bullidores de pescado, abes bolantes rrodeadoras de las rredes, en medio de este tular y cañaberales, asiento y casa de la abusión (tetzahuitl) Huitzilopochtli, adonde por su birtud, con buestras fuerças de braços y cuerpo abéis muerto, bençido, desbaratado a buestros enemigo, y bengada la saña e ynjuria de nro dios Huitzilopochtli". Hecho este parlamento, les dieron a beuer un breuaje de bino llaman teuuctli a los bençidos estrangeros. Y de esta manera llegaron a la çiudad y fueron todos por su orden al cu de Huitzilopochtli, con los esclauos atados, y todos hazían gran rreberençia al dios Huitzilopochtli, y de allí al palaçio rreal [33r] del rrey Monteçuma. Llegados a su prezençia le hizieron gran rreuerençia el general Çihuacoatl Tlacaeleltzin y, luego de le saludado, le presentan su terçia parte de los esclauos, debisas, armas, rrodelas doradas, pañetes o bragueros labradas (maxtlatl) para el areito y baile y atabal grande y su teponaztle, consonançia a ello, perfumaderos, rrosas. Y luego, señal de gran rregozixo y alegría, bailó el rrey en el mercado (tiangues) con los balerosos esforçados mexicanos. Y tra esto se binieron a presentar y a hazer rreuerençia a Monteçuma Coyolcuec y Chichtli y Chiauhcoatl (Bíuora ponçoñosa). Y éstos fueron luego a hazer rreuerençia al dios Huitzilopochtli y le presentaron un amoxqueador de pluma blanca y un plumaxe de madera y un çeñidor o trançadera de cauello de cuero colorado y un arco con flechas y un braçelete o muñequera (matzopetztli) con una bara berde llaman acaxihuitl. Y allí delante del Huitzilopochtli hazen sacrifiçio sacándose sangre de ençima de las orejas y de las puntas de las lenguas y luego delante del ydolo comen un puñado de tierra, señal de adoraçión con humildad. Y de allí bienen otra bez a hazer rreuerençia a Monteçuma y a Çihuacoatl diziendo esta oraçión: "Señor nro y rrey natural, todos buestros basallos, biexos, moços, niños, mugeres, niñas an benidos a darse por esclauos a nro gran dios que agora es Huitzilopochtli y a hazer y creer en él y a ura magestad y daros nro basallaxe y obidiençia nosotros, los naturales de Tepeaca. Y emos ofresçídonos por basallos de Huitzilopochtli y buestro y todos benimos con lágrimas a buestra obediençia". Respondió Monteçuma y Çihuacoatl, dixeron: "Bosotros seáis bien llegados y benís a oyr lo que os fuere por nos mandado, por buestro padre y madre, el ymperio mexicano, y os mandamos todos nros vasallos tratantes, mercaderes, fueren y llegaren a ura tierra a tratos y grangerías les rresçibáis y situéys un lugar para ellos conbiniente, que os lleuarán allá piedras preçiosas, plumería, rropas, esclauos, oro, preçiadas plumas de diuersas abes bolantes benidas del cabo del mundo, son xiuhtototl, tlauhquechol, tzinitzcan, cueros de tigueres, leones, onças, cacao, xícaras". Y con esto, prometieron los de Tepeaca guardarlo y cumplirlo y tener gran cuenta en parte alguna agrabien a los mercaderes tratantes, antes defenderlos. Y luego por estos pueblos començaron a tener calpixques los rreyes de Mexico, del tributo de cada pueblo un mexicano calpixq, e que es tales los tubiese por padres y señores después del rrey Monteçuma.